martes, 2 de marzo de 2010

La inmunidad psicológica del taxista

Hace poco terminé de leer “La ladrona de libros”. Para quien no lo sepa está ambientada en la Alemania nazi. Justo al terminar de leerlo me vino a la cabeza mi particular “Liesel”, una de tantas supervivientes y heroínas anónimas que nos rodean.

Era una noche de finales de septiembre, estaba la primera en la Estación de autobuses, deseando que llegase alguien para hacer el último servicio y marcharme a casa. Una anciana endeble de pelo blanco que caminaba con dificultad se asomó a la puerta, parecía estar esperando a alguien. Pero al final se dirigió a los taxis. Arrastraba una pesada carga de la que mis compañeros y yo no dudamos en aliviarla para meterla en mi maletero.

Pero la verdadera carga la descubriría durante el viaje. A veces un trayecto de cincuenta kilómetros da para toda una vida, una sorprendente vida digna de un libro. Que ingenuos podemos llegar a ser.., yo pensando en el equipaje tan pesado que llevaba la señora , cuando la pesada carga la dejó en mi taxi, a mi lado, que es donde quiso viajar.

En cada trayecto, por corto que sea, las personas van dejando un poco de su alma en el habitáculo que les conduce unas veces al reencuentro con los seres queridos, otras les aleja, y la mayoría de ocasiones, simplemente se trata de un trayecto corto a todas y a ninguna parte .

Algunas pasan indiferentes pero a otras cuesta olvidarlas, pasan los días y de pronto te acuerdas de ellas y te preguntas como estarán, pero así es este trabajo, cada servicio es una aventura, una persona distinta con la vida a cuestas, libros abiertos en los que el taxista de pronto aparece de manera fugaz en un capítulo, muchos libros al cabo del día, tantos que a veces tienes que hacer uso de cierta indolencia mental.

8 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Hola marisa.
Sería muy pesado para uno agenciarse tantas dificultades ajenas. Hay cosas de los pasajeros que se quedan en la mente, como dices, unas horas, a veces por días enteros, largos días. Me ha tocado llevar gente a hospitales, porque les acababan de avisar de la muerte de un familiar, se me encoge el corazón al verlos llorar, sean jóvenes o personas maduras, todos se quiebran ante una noticia de esa naturaleza. O la madre que llevaba varias semanas, prácticamente viviendo en el hospital, cuidando a su hijo desahuciado; en un viaje de ida y vuelta me cuenta todo, no necesitaba otra cosa, nada más platicar con alguien, sólo le quedaba esperar la muerte del hijo, tenía todo listo, estaba resignada. Tienes razón, hay situaciones innolvidables.
Te leo en la próxima parada.

Anónimo dijo...

Algunas veces recuerdo, a personas que tenían un grave problema cuado subieron... algunas me partieron el corazón. Recuerdo mucho al señor de esta entrada... desconozco el final de su historia o de su vida... No sé...

http://taxi397zgz.blogspot.com/2008/08/la-prioridad.html

Saludos

Taxi Driver dijo...

Qué bien lo cuentas niña. A mi una de las cosas que más me costaba es el cambio de registro. Te toca una carrera con alguien que te desgarra el alma con su historia, y la siguiente se te montan dos chicas gritonas que van tan felicies y les tienes que seguir el rollo tambien, mientras no puedes dejar en la persona anterior.

Pero como tu dices, te reseteas y aparcas los problemas de los demas.

Un beso amigos.

Sansón dijo...

---Buen relato explendidamente contado en el que queda esa intriga de tantos libros en saber el final de la historia....por supuesto entiendo no la hayas comentado.
---Me ha hecho recordar mi vid profesional cuando estaba en activo, en la que tenia a lo largo del dia y la noche ver y oir innumerables casos y cosas, (la mayor parte no agradables), y en las que creo deberia de haber hecho uno la carrera de psicologo para enfrentarse a resolver o tratar de aliviar esos problemas.
----Me imagino que te ocurrira igual pues creo que en esa profesion que actualmente desarrollas se debe tener una intuicion muy especial y muchas veces hacer de psicologo.
--- Me ha gustado mucho el relato, y repito queda la intriga del final....que por supuesto entiendo que haces muy bien en reservartelo como secreto digamos "profesional"
---Un saludo y suerte con tu trabajo

lianco dijo...

tienes mucha razón marisa con lo que dices, de nuestros clientes, en muchas ocasiones da gusto viajer con ellos, te cuentan muchas cosas, con pocas palabra, o te ries, o te pones serio, o tal vez te indignas cuando hablamos de politica (zapatero), en nuestro trabajo es un aliciente, pero lo no olvides a veces se pasan malos ratos

jose dijo...

No puedo aguantar qu ehablen de enfermedades...

Marisa dijo...

Gracias a todos por visitarme, por compartir conmigo una parte del trayecto y por dejar vuestra esencia que son vuestros comentarios.

Nos leemos!!