viernes, 16 de abril de 2010

Adriano

Adriano es un señor mayor procedente de Sevilla que iba al Pilar de la Horadada a dar una sorpresa a un amigo mejicano que se encontraba en apuros. Estaba tan ansioso e ilusionado, que tras llegar a Murcia en el autobús a las 6 de la tarde, desde las 11 de la mañana que había salido de Sevilla, decidió que no esperaba la hora que faltaba para poder tomar el autobús hacía su destino y tomó un taxi, el mío.

El viaje con Adriano, aunque entonces yo no lo sabía, se convirtió en un resumen de lo que ha sido mi experiencia en el taxi durante estos meses. Hubo de todo, momentos entrañables, momentos de risas, momentos “tierra trágame”,jaja. Y no es que el viaje fuera muy largo, pero sí muy intenso. A ver si logro resumirlo sin que pierda su esencia.

Era verano, y por lo tanto poco trabajo, un viaje, por corto que sea, le alegra el día a cualquiera. Cuando eres novata piensas que para viajar hacen falta maletas. Con lo cual, la aparición de Adriano en el asiento del acompañante con un bolso de mano, ya fue, cuando menos, sorprendente.

-Al Pilar de la Horadada, (así, sin pestañear, jajá)

-¿le meto el bolso en el maletero?

-No, aquí va bien.

-Bueno, déjeme que se lo ponga aunque sea en el asiento trasero, que vaya usted más cómodo.

Ahora es cuando tengo que hacer un par de aclaraciones necesarias.

1º La primera advertencia de mi “jefe” era que los viajes se cobran antes de salir, con tacto, delicadeza y educación, pero antes de salir. Su teoría es que quien piensa pagarme, le da lo mismo antes que después. La mía que quien piensa atracarme, le da lo mismo en origen que en destino, jaja. Con lo cual, mi jefe me lo advertía todos los días pero yo, a día de hoy, sigo haciendo caso omiso, (es decir, ni puto caso). No obstante, cuando salgo fuera procuro hacérselo saber lo mas discretamente que puedo, así me quedo mas tranquila.

2º Mi antiguo móvil en mi antiguo taxi, solo funcionaba con manos libres cuando la llamada la hacía yo. De manera que si mi “jefe” necesitaba hablar conmigo, me daba un toque y ya le llamaba yo cuando podía. Y si necesitaba algo urgente o igual no quería que lo escuchara el cliente, insistía a sabiendas de que no llevaba manos libres,( pero esto ocurría pocas veces).

Dicho esto, retomo mi viaje con Adriano. Pongo rumbo al Pilar y a pesar de ser un abuelete, (en principio inofensivo), pienso rápido la forma de decirle a Pedro que me voy fuera de Murcia. La cosa tiene guasa, porque yo sabía ir al lugar y pensé que Pedro lo sabía y “Captaría” mi mensaje. Así que le llamo ya saliendo a la autovía con la excusa más tonta.

- Pedro, ¿para ir al Pilar de la Horadada es tal salida no?

- Allá que se pone a explicármelo y pienso

- ¡Pues no lo ha pillado!

Comienzo a subir el Puerto de la Cadena, el móvil se queda sin cobertura y Adriano comienza a hablar conmigo y a contarme que es ciego de nacimiento y transplantado de ambas corneas. Que se resistía a ser un inútil y a pesar de su problema visual, había hecho de todo en esta vida. Imagínense mi asombro ante tanta valentía, coraje y ganas de luchar.

Pasado el puerto, comienzan a entrarme mensajes de llamadas de mi “jefe”. Le llamo y me vuelve a explicar con detalle que salidas tengo que tomar para llegar al destino. No le culpo, tantas veces me había perdido ya por Murcia, que es lógico que se preocupara, si no véase “Viaje a la Alcayna”.

Le digo que lo tengo claro, que vale, que cuelgo. Estaba ansiosa por seguir escuchando a Adriano. Este sonríe, le hace gracia la preocupación de Pedro y sigue contándome su vida, que escucho atentamente.

A todo esto vuelve a sonar el móvil, pero esta vez con insistencia,

-Disculpe Adriano, es mi jefe

-¿Si?

-¿le has cobrado antes de salir?

-Sonrío y contesto; si.

-El otro me sonríe y me dice; no,jaja

-Pues vale

Y es que Pedro no podía saber que llevaba al lado una gran persona, de esas que le tomas cariño en los primeros cinco minutos, de esas que solo necesitas mirar a los ojos para saber que no va a salir corriendo sin pagarte. Yo soy donante de órganos, pero conocer a Adriano me produjo la satisfacción y el convencimiento pleno de serlo. Por eso este viaje es quizás lo mas bonito que me ha sucedido en el taxi. Le prometí a Adriano que si alguna vez escribía un libro, lo contaría. Esto no es un libro, pero aquí os dejo a Adriano de Sevilla. Llevarle a dar esa sorpresa a su amigo y ver la ilusión y el brillo del reencuentro en los ojos que un día alguien le donó, me marcó para siempre.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Además por su edad, simplemente no iba a salir corriendo.
Yo no me he encariñado con ningún pasajer@, por largo que sea el trayecto.
Como en todos tus relatos, transmites tus sentimientos y haces que uno se doble de risa ó en este caso, se sienta conmovido por la historia de Adriano.
Si prometiste escribir un libro, tienes que cumplirlo.
Cuídate, luego nos leemos.

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE


ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE EL NAZARENO- LOVE STORY,- Y- CABALLO, .

José
ramón...

José Antonio Pastor González dijo...

Superb!

jose dijo...

Me gusta como cuentas las cosas.

No sé como se puede tener manos libres en un sentido y en el otro no.

Y bueno ni idea de donde esta Pilar de...aunque con el navegador se llegará.

Anónimo dijo...

Pronto estara a la venta mi libro. Valdra diez eurillos, y es muy completo. ya te contare. un saludo Y GRACIAS por tus comentarios.


MARCO NAVARRO