lunes, 9 de julio de 2012

IMPERFECTA VALENTIA




Hay palabras que desencadenan toda una serie de reflexiones interiores y un torrente de pensamientos incontrolados, o medianamente controlados.

En esas andaba yo. Había sido una noche larga, de las que a uno le da por hacer inventario de equilibrios e infortunios, en las que el sueño se esfuma y cada minuto es un reproche por las cosas mal hechas o por las que quedaron sin hacer.

Un noche de las que el sol te sorprende despierta, así que me he puesto las zapatillas y he salido a correr con él. A huir de los desvelos, a quedar exhausta para no pensar, para no juzgar, para no lamentar. Casi lo había logrado, fundirme bajo los rayos de sol y olvidarme de todo lo demás. Cuando llegando a casa, un abuelillo, de los que tras el duro trabajo de toda una vida, se dedican a ver la que le queda en modo pasivo desde la perspectiva de un banco en cualquier parada de autobús que esté a la sombra, ese abuelillo me suelta;

"ERES UNA MUJER VALIENTE"

le sonrío y continúo mi camino, no sin ganas de preguntarle ¿de veras lo soy?